Tras el periodo de conocimiento, la pareja se afianza y se empieza a proyectar una vida común con los proyectos y objetivos de cada uno y se toma la decisión de convivir.

Hay momentos en la vida de pareja que se transforman en rutina; por tal razón, urge tomar medidas para que la llama del amor siga más viva que nunca. Una escapada romántica es una opción para darle un giro de emoción y a su vez le brinde nuevos aires a su relación.

En esta fase los conflictos prácticamente son inexistentes, se evitan por ambas partes. Es por ello que ambos creéis que nunca surgirán en el seno de esa nueva pareja; y tenemos que decir que, mientras dure la fase de enamoramiento, es probable que así sea.

No es fácil hacerles ver la verdad, de que ellos son los que tienen “razón” y es su malvada pareja narcisista la que está tremendamente equivocada .

La primera fase del amor es en la cual las personas experimentan todas las emociones de una manera extremadamente intensa a consecuencia de la liberación de neurotransmisores y hormonas por parte de nuestro cuerpo.

En esta etapa, los miembros de la pareja empiezan a mostrarse a hundred% como son, dando lugar al conocimiento más profundo de la otra persona. Con lo que, suele ser común que en esta etapa empiecen a aparecer ciertas diferencias y discrepancias en la forma de pensar.

Llegados al culmen de la relación de pareja podemos destacar como principales las características siguientes:

Todo es mágico y esto nos hace evitar los conflictos y las discusiones. Todos los sentidos se afinan y cada palabra, caricia o mirada es increíble.

Esta fase se caracteriza por una extrema amabilidad y conductas “cariñosas” por parte del agresor (atenciones, regalos, promesas…). El agresor trata de influir sobre familiares y amistades para que convenzan a la víctima de que le perdone. Suele ser frecuente tratar de hacer ver a la víctima que el agresor necesita ayuda profesional y el apoyo de ella, y que no puede abandonarlo en visit dicha situación; motivo por el que algunas víctimas vuelven con el agresor (en caso de que éstas hubieran cesado la convivencia con él) y/o retiran la denuncia que habían presentado anteriormente.

Con la madurez y la conciencia de cómo pasa la vida hay algunas personas que tienen miedo de perder el tren y, si coincide con la crisis de la mediana edad o la siguiente (la de la menopausia y andropausia), puede ser un momento en que la pareja o bien se rompe, o se consolida en las nuevas rutinas sin hijos.

A medida que pasa el tiempo es normal que las relaciones de pareja se deterioren y que la satisfacción de sus miembros disminuya de forma progresiva. Esto se asocia a factores como el desequilibrio entre las recompensas que se obtienen por continuar en la relación y los costes de hacerlo -que a su vez choca con la dificultad para romper, incrementada por el hecho de tener hijos juntos, compartir la vivienda, etcetera.

Hay que tener mucho cuidado con la fina línea que separa tener independencia y llevar vidas distantes. Ésta es posiblemente la etapa más dura y por eso la media de lo que duran los matrimonios suele estar alrededor de as soon as años.

A este punto las dos personas ya deben conocer sus defectos y virtudes, así como lo positivo y también lo negativo que tengan. Al ser así, empiezan un nuevo compromiso e incorporan nuevas responsabilidades a sus vidas diarias.

 Es el momento de plantearse hacer actividades por separado, respetando el vínculo y compromiso establecido en la pareja. En esta etapa pueden surgir conflictos debido a crisis personales no resueltas.